MUNDO, DEMONIO Y CARNE: INSTANCIA DEL HOMBRE
Recientemente falleció Hugh Heffner, y Pamela Anderson, su "conejita mayor", quedó -se dijo- inconsolable... Qué drama ha sido todo eso? El "Sr. Playboy" vino a ser uno de los pilares de adoración a las mujeres en que el mundo moderno y las sociedades occidentales han venido a desembocar. Siempre pensamos o habitualmente queremos pensar que lo que hizo el Sr. Heffner fue denigrar a las mujeres hasta la cosificación más abyecta. Y sí, en parte. En cierto modo. Hasta cierto punto. Pero en realidad, el mayor y mejor resultado de su promocionalidad erótica vino a ser justamente la exaltación del género femenino hasta colocarlo en el pedestal de modelo, ejemplo y expresión de cómo la presencia humana puede manifestarse tal que deseable y hermosa en y desde el plano material, físico, al margen de sus restantes cualidades. Por otro lado, con la sentencia del presente título, los originarios predicadores cristianos de los primeros siglos enunciaron lo que para el Hom