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Mostrando las entradas de agosto, 2017

MUNDO, DEMONIO Y CARNE: INSTANCIA DEL HOMBRE

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  Recientemente falleció Hugh Heffner, y Pamela Anderson, su "conejita mayor", quedó -se dijo- inconsolable... Qué drama ha sido todo eso? El "Sr. Playboy" vino a ser uno de los pilares de adoración a las mujeres en que el mundo moderno y las sociedades occidentales han venido a desembocar. Siempre pensamos o habitualmente queremos pensar que lo que hizo el Sr. Heffner fue denigrar a las mujeres hasta la cosificación más abyecta. Y sí, en parte. En cierto modo. Hasta cierto punto. Pero en realidad, el mayor y mejor resultado de su promocionalidad erótica vino a ser justamente la exaltación del género femenino hasta colocarlo en el pedestal de modelo, ejemplo y expresión de cómo la presencia humana puede manifestarse tal que deseable y hermosa en y desde el plano material, físico, al margen de sus restantes cualidades. Por otro lado, con la sentencia del presente título, los originarios predicadores cristianos de los primeros siglos enunciaron lo que para el Hom

Un remoto "pale blue dot": la Tierra

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 Poder contemplar este pequeño ámbito en la inmensidad del impactante y sobrecogedor cosmos es, aunque uno quiera resistirse, llegar a comprender, con toda humildad, la verdadera dimensión de nuestra existencia.  Qué despropósito sería querer insistir en el pensamiento megalomaniaco de creernos supremos! Esto solo nos convoca a asumir la evidencia de nuestra situación como pequeños seres creados por una inmensidad magnífica e inabarcable que llamamos Dios... Cuán presuntuoso se percibe aquel concepto eclesiástico de los inicios que ubicaba al Hombre como en el centro del universo! Cuán arrogante la idea de que podemos ser Reyes de las galaxias! Esto es una llamada de atención para moderar nuestras estimaciones, en lo que nuestros pecados no pueden tener la dimensión de desafíos al universo, y sí solo pueden ser entendidos como desencuentros, como ejecuciones inconsecuentes producto de la ignorancia, del desamor y de la estupidez, víctimas de lo cual somos nosotros mismos y nadie más.