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LA DISPUTA POR EL MUNDO.

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 Desde el diluvio y después de él, quedó en pendiente quien se quedaría con el dominio y control del mundo: Dios no dijo explícitamente que iba a pasar, pero del proceso antediluviano las sociedades modernas, actuales, no saben prácticamente nada. Quedan muy escasos vestigios de lo que fueron aquellas culturas y no se ha investigado nada sobre eso porque la propia ciencia quiere negar el suceso diluvial remitiendolo a una simple leyenda. Lo que ha llegado a aparecer, de aquella época, es visto como extraño, inexplicable, y sujeto a investigación. Y ahí queda. Nunca se investiga, nadie sabe nada sobre eso, y esos vestigios siguen ahí... Ciudades hundidas en el océano, ciudades ocultas bajo las arenas de los desiertos, ruinas invadidas por bosques y selvas, Pero tampoco se las estudia: se les ha dejado ahí como posibles rastros de civilizaciones perdidas correspondientes a “alguna” cultura anterior a la nuestra. Y sin más datos. Los detalles cognoscibles de aquel entonces quedan oscuros,

OCCIDENTE Y EL DESTINO DEL MUNDO

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  La historia nos es presentada siempre como un desarrollo "natural", como proceso orgánico ineludible, como un deber ser necesario del devenir humano sujeto a las leyes naturales como la naturaleza parece manifestarse, al menos, en el reino animal: con leyes orgánicas inclementes; la explotación y depredación del otro; dominación, y para el caso del Ser humano, avasallamiento del prójimo y apropiación de su riqueza material, -despojo, pues. Abuso y sometimiento-. Desde los asirios, empezó esta mecánica, llamada por la antropología "instauración y ascenso del esclavismo". Y el mismo proceder continuó con egipcios, babilonios, persas, griegos, y romanos. Y así ha sido: la sujeción de los demás al prepotente en turno, y pago gratuito de tributación... Y si no, la esclavitud o el exterminio. Así lo explicó Marx, y tenía razón: el esclavismo como sistema. Y a partir de ello, el ascenso de los europeos. Ahí se detiene la historia convencional: el resto del proceso humano