LA DISPUTA POR EL MUNDO.




 Desde el diluvio y después de él, quedó en pendiente quien se quedaría con el dominio y
control del mundo: Dios no dijo explícitamente que iba a pasar, pero del proceso antediluviano
las sociedades modernas, actuales, no saben prácticamente nada. Quedan muy escasos
vestigios de lo que fueron aquellas culturas y no se ha investigado nada sobre eso porque la
propia ciencia quiere negar el suceso diluvial remitiendolo a una simple leyenda. Lo que ha
llegado a aparecer, de aquella época, es visto como extraño, inexplicable, y sujeto a
investigación. Y ahí queda. Nunca se investiga, nadie sabe nada sobre eso, y esos vestigios
siguen ahí... Ciudades hundidas en el océano, ciudades ocultas bajo las arenas de los
desiertos, ruinas invadidas por bosques y selvas, Pero tampoco se las estudia: se les ha dejado
ahí como posibles rastros de civilizaciones perdidas correspondientes a “alguna” cultura
anterior a la nuestra. Y sin más datos. Los detalles cognoscibles de aquel entonces quedan
oscuros, sin más...

El mundo actual conocido inició su desarrollo en Medio Oriente y como sucesión de pequeños
reinos en orden descendente desde las montañas y con poblaciones sin amurallar hasta dar
con Summer alrededor de 3000 aC.... A esta cultura la historiografia y la arqueología la
reconocen como la primera civilización organizada del mundo. A sus pobladores no se les
reconoce ser de “raza blanca” desde que eran conocidos con el mote de “cabezas negras”,
aparte de su cercanía con Egipto, pueblo que por supuesto, no era de “características blancas”
como lo pensaban los europeos y cuya aparición hace alguna coevidad con Mesopotamia.
Fueron estos pueblos los que pusieron los rudimentos de la cultura posterior y fueron, por
supuesto, los primeros detentadores del mundo, entonces pequeño... Tuvieron quizá un milenio
de predominio, de asentamiento y paz, porque después, las migraciones...

Con la aparición de las migraciones, los pueblos semitas se allegan a Summer y se aculturan
con ellos porque eran ignaros, y con los cuales nacen las primeras culturas reconocidas como
“plenamente históricas”: Maer y Asur, esta última, practicante de una política sanguinaria como
la de los europeos posteriores hasta hoy: los “pueblos blancos” que desprecian al mundo... El
inicio del esclavismo... De Maer, los hititas (heteos les llama la Biblia), se sabe muy poco. De
Asiria se conoce un poco más, y consta que extendió su dominio hasta el siglo X aC aprox. Sin
intervenir en Egipto, a la sazón, “el mundo”, después de múltiples disputas por el poder
mundial, pueblo del cual quedan dudas porque no es seguro que fuera un pueblo semita: los
acadios no eran precisamente semitas, y llegaron a Medio-Oriente al tiempo de las migraciones
arias a la India y Persia, parientes cercanos que crearon todo un imperio al que Alejandro
destruyó en 331 aC.

A partir de allí, el dominio del mundo corrió hacia y hasta occidente, inicialmente Grecia, cuna
del pensamiento crítico occidental, y desde allí, Cartago, Roma... Y desde Roma, toda la
historia oficial se ha encargado de leer el desarrollo del mundo como puramente europeo, los
“pueblos blancos”, los hijos de Japhet, herederos y depositarios del mundo, como a los semitas
se les dio el “conocimiento de Dios”, y a los camitas el resto del mundo, que no poseerian sino
como súbditos... Y la cosa se cumplió!

Europa se dedicó, cuando maduro lo suficiente, a conquistar y colonizar el mundo, ¡todo el
mundo, suprimiendo hasta casi la extinción a los habitantes naturales de todas esas regiones:
India, China, África, América, y hasta los últimos bastiones del Índico! Los únicos territorios que
no expoliaron fueron los de los escitas (hoy Rusia, Ucrania, el oriente de Europa) a los que aun
así los europeos llamaron “slaves”, esclavos, pues, aunque eran tan blancos como ellos o
mas...
Europa, la región de emigración de los “hombres blancos” de Japhet, un lugar que nadie
quería, lugares fríos, sin reclamación... Y he ahí que los de Japhet pudieron avanzar, con
pleitos entre ellos -como siempre toda la humanidad ha hecho- pero al final, indisputables...
Pueblos inicialmente salvajes, que hubieron de aprender de Roma su cultura, y luego de la
prédica religiosa de la iglesia: Todo el mundo... Aprendieron que si, tenían la misión de poseer
el mundo. De ahí surgió su vocación destructiva y explotadora, su capitalismo radical, su
individualización... sobre todo eso, que ha sido la base de su prédica de derechos humanos
que aplican para sí pero no para el resto de los pueblos...

Europa, Occidente, representa, para el resto de los pueblos del mundo, un “destino manifiesto”
plasmado en la Escritura como asignación sin que por eso realmente les pertenezca: fue la
distribución de destinos en tiempo gentil, y los abusos de Europa sobre el mundo sólo hablan
de la calidad de ‘nuestra’ civilización’: abuso, imposición, explotación, sobreposición... ¡Lesa
Humanidad! Es la calidad que, en la estructura actual, el pueblo humano puede hacer consigo
mismo: destruirse, acabarse, odiarse... Y es que el desarrollo capitalista lleva a eso: a extrañar
al ser humano para promover al ser abstracto, el Hombre como entidad etérea... Como “el
mercado”, una entidad supranormal, fantasmagórica, pero persistente... Y las mercancías
igual, incluida la fuerza de trabajo: un ‘componente’ del capital de producción y distribución...

La disputa por el mundo acaba aquí. Ya no es tanto “Europa” ni “Occidente”, sino el capitalismo
global. Y el capitalismo es occidental. La fraternidad mundial no existe: el capitalismo no es
racional sino una entidad fantasmagórica para justificar la apropiación de los bienes del mundo
a base gratuita. Dios dispuso eso? No exactamente: pero había que saber a qué niveles
llegaria el humano suelto, libre, como “dueño” de un mundo del que no es dueño, sino como
provocación... Y la prueba no la pasa...
¿Qué va a pasar? Que el mundo ha llegado a su tope permisible. Sigue el Fin final...

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