La resurrección, una opción razonable?
A Carl Sagan, poco antes de morir, le preguntaron si esperaba ver de nuevo a su mujer y reunirse con ella, después de la muerte, a lo que él respondió: “eso no tiene ningún sentido. Es una perfecta irracionalidad. Dios no es un juguetero que esté planteando imaginerías. Los religiosos quieren eso porque temen la muerte y quieren NUNCA dejar de ser. No: no hay modo de que yo vuelva a estar con mi mujer de nuevo”. Y cuando le preguntaron a su mujer, después de morir Carl, ella dijo lo mismo: “eso es algo que no tiene sentido… ¡No tenemos derecho de pensar así!” Ante esto, hubo que preguntar a los rabinos -que son los depositarios del conocimiento revelado- y la respuesta fue parecida: “No, no es posible pensar en algo así como formalmente constituido”. De hecho, los Saduceos no pensaban que “la resurrección” era un factor con el que se podía contar a título formal, aunque los fariseos sí predicaban mil cosas parecidas a como los cristianos modernos creen: Por eso Jesús se alzó fuerte