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Mostrando las entradas de mayo, 2018

EL PECADO: LIBRE ALBEDRIO, UNA ANTINOMIA? III parte

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  Finalmente: el “pecado”,   tal que instancia acusatoria, existe como privacía vivencial en el Hombre común, en su inconsciente y en su pensamiento habitual aprendido.   No hay límite a la voluntad y a las posibilidades de ejecución humanas en términos de “pecado” puesto que es un entorno abierto, sin restricciones de primer momento.   Y, ante esto: qué significa ‘la Libertad’, en todo caso? Y el Libre Albedrío, resultará ser plena y exactamente libre…   O no tanto?… O hasta dónde?   Una prédica persistente sobre este punto es el Determinismo, según el cual   al Hombre le está asignada una pequeña porción de existencia terrenal tras lo cual, su integración al Cosmos será necesaria, de uno u otro modo: esta es la opción de prácticamente todas las religiones formales que se ocupan del “telos” humano.   Y se predica también el nihilismo, para el cual,   por el contrario, no existe ningún futuro y el alma humana se apaga al morir el Ser humano, con lo que termina su eventualidad ética y e

EL PECADO: UNA APOSTILLA PARA LA DENostación DEL ALTÍSIMO. II PARTE.

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 La palabra Peccatum inicialmente, en un orígen hoy lejano del latín original, significaba "echado a perder". Con el tiempo, el vocablo se hizo extensivo a las actitudes humanas inconvenientes hasta tomar el significado de delito, culpabilidad explícita. El equívoco subyacente (error, falla) dejó de ser parte del contenido, para pasar a ser, precisamente, determinación culpable, acción delictiva explícita, como en Derecho corresponde.  Y con el arribo del cristianismo, a la palabrita se le asignó el significado asociado a la condición humana habitual en relación con Dios: el Ser humano resultó ser, ni más ni menos que una entidad "peccans": una existencia atentatoria, nefasta, exactamente delictiva, culpable. Con ningún derecho dada su vocación rebelde. Y esta condición se la debía el Ser humano a su arbitrio contra Dios al cometer su primer pecado en Eden, al desobedecer una orden explícita del Señor. Esto lo colocó en un estadio irreparable de perdición que lo